jueves, 1 de noviembre de 2018

"coordinadores de intimidad"


No me considero nada mojigato ni conservador ni mucho menos reaccionario. Mi tendencia es justo la contraria en muchos aspectos de la vida, sin perder un ápice de respeto a los que no piensan como yo. Pero creo que hay profesiones que llevan las cosas a unos extremos que me cuesta asumir. Y no me refiero a esas de nuevo cuño relacionadas con las nuevas tecnologías y a muchas otras que están por inventar. Hablo de algo más clásico, más relacionado con nuestra vida y nuestro ocio. Hablo del cine, el teatro o, últimamente, las exitosas series de televisión.
Entiendo que un periodista se juegue la vida en una guerra para narrar los hechos de primera mano. Entiendo el afán de superación y de reto personal de los que se dedican al himalayismo. Entiendo los chutes de adrenalina que tiene mucha gente asumiendo riesgos en una vida aventurera al límite. Pero lo último que he leído estos días me ha dejado francamente perplejo, aunque por lo visto no es nuevo a pesar de mi ignorancia sobre su existencia.
Al parecer, según publica la revista Rolling Stones y recogen otros medios de comunicación, la cadena HBO, a petición expresa de una de sus actrices, acaba de contratar a “una coordinadora de intimidad” para algunas escenas de sexo. En principio la noticia resulta un tanto peculiar. Lo que me ha dejado perplejo es que la tal coordinadora ya ha trabajado asistiendo a esa actriz en algunas escenas de sexo oral. La terapia consistió, según relatan los medios, en mantener una charla con ella sobre sus preocupaciones antes de la escena y transmitírselas al director, y posteriormente, durante el rodaje, le ofreció una almohadilla para sus rodillas y spray bucal y lubricante con sabor para utilizar entre toma y toma.
¡Oiga! ¡Pero eso qué es! O yo soy incapaz de captar los matices o alguien está haciendo algo que no quiere hacer.
No soy ningún iluso y sé que hay películas comerciales con escenas de sexo explícito, al margen de las que se dedican al género. No me molestan ni me preocupan siempre que los protagonistas lo hagan por propia voluntad. A pesar de que hablamos de ficción. También hay realitys en los que la gente quiere exhibir sus miserias. Pero que hagas lo que no quieres por muy comecocos que te pongan de coordinadora para darle visos de pureza artística, eso sólo tiene un nombre. Me reafirmo con fervor en el movimiento #MeToo.

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