martes, 29 de agosto de 2017
miércoles, 2 de agosto de 2017
La “justicia” de la duda
Ya sé que no voy a ser políticamente
correcto, ni a favor de la corriente de los nuevos pensamientos que dudan de
todo y de todos. Aunque más que dudar diría que cualquier sospecha dicta
veredicto popular de culpabilidad. Hay cosas que me parecen tremendamente
injustas con algunas personas, con su valía profesional y con sus capacidades.
Hace unos años, la mujer de un
consejero del Gobierno ascendió a un puesto profesional de alta responsabilidad
en el Departamento que él dirigía. Llovieron las críticas por ser la mujer de…
De nada sirvió su titulación, su cualificación profesional reconocida por sus
propios compañeros, su trayectoria y su formación en una especialidad que ha
sido su profesión desde que entró en el mundo laboral y de la ciencia. Era la
mujer de… y hubo quien se encargó de propalar sospechas e infundios que
cuajaron, aunque la evidencia dijese lo contrario. Obvio los nombres pero no
con intención de ocultar sus identidades sino porque estarán hasta las narices
de salir en las tribunas políticas y en “los papeles” sin comerlo ni beberlo.
Hace un par de meses hicieron
director de orquestas de una comunidad al hermano de un conocido político
madrileño. Había hecho toda su carrera musical en Dirección de Orquesta en San
Petesburgo y tenía una trayectoria profesional impecable. Sentí la misma
sensación. Su caso se aireó públicamente sembrando sombras de duda. De sus
capacidades, ni hablar. Pasó de ciudadano anónimo, con su propia vida y
profesión, a ser el hermano de…, que no es otra cosa que sinónimo de sospechoso
de enchufismo.
Ahora pasa lo mismo con una
periodista de ETB que lleva treinta años de trayectoria profesional brillante y
contrastada. Va a ocupar un puesto de responsabilidad que ha ejercido en otras
ocasiones. Pero su marido es consejero del Gobierno y consiguientemente ya está
en las tribunas políticas y en los medios.
Entiendo que toda la caterva de
corruptelas y chanchullos que salpican la política genere zozobra, desconfianza
y hasta cabreo en los ciudadanos. Pero la ira nada tiene que ver con la
justicia ni se puede volver justiciera ante las sospechas. No puede ser que
alguien que ha dedicado toda su vida a formarse profesionalmente no deba
acceder a puestos que ronden la periferia de la actividad de cualquiera de sus
familiares, sólo porque a los ojos de los “dudosos” no es estético. Pues yo
tampoco soy estético, ni me visto a la moda para seguir la corriente. Me visto
como me gusta, como me da la gana, y creo en la valía profesional forjada a
través de años de esfuerzo y sacrificio. Me parece bien que para cualquier
puesto se busquen los méritos profesionales y que acceda el mejor, pero que una
relación de parentesco en ningún caso sea un demérito. Es una cuestión de
justicia hacia esa persona. Lo demás es una actitud carroñera.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
historia de una adopción
caminos sinuosos
Todos los caminos en la vida son sinuosos. No hay líneas rectas para avanzar porque los obstáculos surgen estratégicamente. La propia exis...
-
Sabemos que todas las épocas convulsas de la vida política y social han de llegar a un punto de sosiego y moderación porque la tensión p...
-
Hay muchas asignaturas pendientes en nuestro sistema educativo. Y la primera es que exista uno. Pero quizá la más importante es la gestión ...
-
Todos estamos esperando el comunicado de ETA que nos confirme lo evidente. Pero me pregunto que va a ser de Batasuna a partir de ahora. Está...