viernes, 1 de julio de 2016

no quiero ni pensarlo



EMPIEZO a tener la sospecha de que estoy intelectualmente caducado porque mi capacidad para entender los nuevos tiempos va mucho más lenta que los acontecimientos. Sólo se me ocurren preguntas y no encuentro ninguna respuesta, por mucho que busco en todos los mensajes que me llegan. Diría que estoy casi abrumado. No sé si volverme voluble e irascible, protestar hasta la extenuación, o diluirme, hacerme un hombre resumido, soluble entre tanto despropósito. Ésa parece la tónica general aunque no la más aconsejable.
Esto es un suma y sigue. Ya tenemos nuevas elecciones con resultados similares y los mismos actores. Eso sí, todos enrocados, cabreados y sordos. Confío en que esta vez no lleguemos al mismo sitio. Aunque vistas las actitudes y egocentrismos tampoco lo descarto. No quiero ni pensarlo. Otra vez... no.
Los ingleses se van de la Unión Europea pero los escoceses e irlandeses quieren quedarse. Y hay partidos europeos que miran de reojo y con envidia. A ver cómo lo arreglan los de la Gran Bretaña para seguir siéndolo. Mientras tanto Bruselas quiere que se vayan cuanto antes y a eso les conmina con urgencia. Es como un divorcio a tortas. No he visto una reacción más rápida y contundente en toda la historia de la UE, acostumbrada a dilatar todos los procesos hasta que se decantan por aburrimiento. Es lo que tiene la gran burocracia.
Los refugiados siguen tocando a la puerta. Pero nadie recibe porque hay problemas familiares sobre si conviene abrir o poner una tranca para impedir que entren. El Mediterráneo sigue siendo un vertedero humano a punto de colmatar mientras el ISIS sigue su particular cruzada de matanzas ante los ojos impertérritos del resto del mundo.
Los expresidentes españoles se van a mediar en los conflictos de otro continente porque en éste no tienen ya predicamento. Y Dios nos libre de esos demiurgos que no supieron hacer y ahora saben cómo se hace.
En fin, necesito un brexit de mí mismo, una experiencia extracorpórea para analizarme objetivamente por qué todo me parece tan raro o estudiar si soy yo quien tiene los valores subvertidos. Y no voy a pedir segunda opinión porque ahora ya se opina cualquier cosa con vocación de cátedra. Perdón por el desahogo.

historia de una adopción

caminos sinuosos

Todos los caminos en la vida son sinuosos. No hay líneas rectas para avanzar porque los obstáculos surgen estratégicamente. La propia exis...