miércoles, 4 de febrero de 2015

el año del ilusionismo


TODOS los procesos electorales son como una carta a los reyes magos, pero al revés. Son ellos quienes nos ofrecen tantas cosas buenas y bonitas que nos reactivan la candidez infantil, nos perturban la rutina y nos hacen soñar que todo no es un sueño. Este año 2015 va a ser como el gordo de Navidad porque todo está muy repartido. Va a haber listas de cosas buenas para hacer en todos los ayuntamientos, comunidades autónomas incluidas Cataluña y Andalucía y hasta vamos a tener elecciones generales. Nadie se va a quedar sin sus correspondientes “regalos”. Y además ni siquiera vamos a tener que ir nosotros a recoger caramelos a la cabalgata. Van a venir ellos a nuestros pueblos y barrios, a nuestros buzones, a nuestras casas, y hasta utilizaran todas las nuevas tecnologías de la comunicación. Además de los medios tradicionales a los que se les paga por anunciar todo lo bueno que está por llegar.
Es una sensación abrumadora. El mundo cambia. Son quince días en los que el paro tiene solución, la economía va a crecer de forma exponencial, saldrán viviendas como setas, para todos y a precios asequibles; los jóvenes y sus capacidades encararán su futuro con dignidad… Hasta las familias entrarán en fase happy y los ancianos serán tratados como sabios venerables. Me atrevería a decir que hasta el enanito gruñón de Blancanieves lucirá la más afable de sus sonrisas. Y todo esto, sucesivamente a lo largo de todo el año.
Pero claro, luego hay que saber con qué lista de regalos te quedas. Porque las ofertas son muy diferentes y no concurrentes. Están los prometedores clásicos, a los que ya conoces y sabes perfectamente el porcentaje de gatillazos que tienen de anteriores contiendas; están los agresivos y extremistas que quieren romper lo que hay y alumbrar un nuevo mundo en el que seamos casi todos clónicos ideológicamente, sin matices; están los minoritarios que llevan treinta años con la misma cantinela y tienen un auditorio cada vez más diezmado porque siempre han sido los mismos, y están los emergentes, que se han puesto de moda y funcionan por simpatía.
Curiosamente todos son reyes magos. Y ahí está la trampa. Los magos no hacen magia ni milagros, hacen ilusionismo que no es otra cosa que el arte de producir efectos que hacen parecer realidad lo imposible. Yo por si acaso me quedo con mis juguetes viejos. Y si puedo pedir algo… que cumplan lo que ya había prometido.

historia de una adopción

caminos sinuosos

Todos los caminos en la vida son sinuosos. No hay líneas rectas para avanzar porque los obstáculos surgen estratégicamente. La propia exis...